
Tejer un elogio al vino nos parece superfluo, ya que se trata de producto biblico, como enseña la tradición, incluso si el viejo Noé no pudo evitar ser seducido por el sabor parecido a un néctar que parece transformarse, cuando se usa con prudencia al igual que en la salud y en un profundo placer para el paladar.
Italia en este sentido, es entonces una tierra bendecida, porque sus vinos tienen una reputación internacional y tal vez incluso hoy en día, hay algunos vinos locales que merecerían ser valorados y conocidos por su hermosura, por su corposidad, por todas esas características que hacen de un vino un autentico producto de clase.